No lo hagas, no son golosinas como tu creías, si no pequeños y entrañables seres vivos en peligro de extinción. Los ositos de goma son a los osos lo que los chanquetes son a las boquerones. Son pequeñines (no, gracias) y por tanto, no caigan en la tentación dulce de su cuerpo. Tienen su corazoncito y su anatomía y así nos lo muestra en esta detallada ilustración, el artista neoyorquino
Jason Freeny (en su web tiene muchas obras curiosas):
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Es triste y algunas personas, como ya ocurriera con los abrigos de bisón, no se conciencian ni lo harán nunca. Miren a esta chica. ¡Qué indecencia! Un sostén de cadáveres.
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