Ya tengo mi entrada para el concierto de
Brusi Esprinter en
Sevilla, la compré esta mañana. Como últimamente suelo ser victima de estafas varias, esta vez he decidido comprarla en un punto de venta oficial. Al final es lo mejor. Suelen venderlas en ese barrio justo antes de llegar al cementerio, no recuerdo su nombre. Es famoso por algo, creo. Allí te atiende un gitano oficial, desde su
fragoneta oficial. El tipo fue de lo más amable, sobre todo tras ver los billetes. Incluso me ofreció
drogaina, por aquello del espíritu del rock que yo de ambas cosas tengo. Yo siempre pensé que la droga era mala pero él lo dejo bien claro:
No es de la mala, es de la buena, calidad, calidad chavá. ¡Qué personaje! Yo insistí en que sólo quería mi entrada oficial. Me la dio y le pagué, mientras él me aseguraba una y otra vez
es ofisiá, ofisiá de lo más ofisiá que se puede, mira si hasta lo pone aquí en el papé. Creo que hice lo correcto. Que sí, que pagas un poco más pero así te aseguras tu entrada. Joder que hablamos del
Boss.
Total, os enseño la entrada que, a mi, no sé, se me antoja un tanto rústica, casi cercana al
country puro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario