Explicada la teoría pasamos al ejemplo real. Aunque no lo crean, lo improbable si no es imposible llega a pasar (evidente corolario que se deduce directamente de la famosa Ley de Murphy). Las cosas terminan entrando en los agujeros, sobre todo si están sobre ellos y son ligeramente más pequeñas (esto debe ser filosofía pornosexual, estoy seguro...). En la foto que muestro, hecha hace unas semanas con mi pedasso de móvil sin megapixeles (¡no llega ni a uno!) mientras paseaba por el carril bici, se ilustra claramente. En este caso la tapa no se cayó del todo por la poca profundidad pero algún que otro accidente podría provocar. Si hubiera sido redonda ni se hubiera inmutado. Para qué preguntarle a los matemáticos si ni ellos ni su extraña ciencia sirven para nada... ¿Cuesta tanto? Pensar es gratis.
Además son redondas las mejores cosas de la vida. Piénsenlo amigos, piénsenlo.
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1 comentario:
Interesante, sí señor.
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