Un libro: Shutter Island, una peli: Algo en Común
A veces ocurren sucesos cotidianos que parecen raros, el fin del mundo. Viene el día siguiente y todo arde como el papel. Ningún fracaso es tan terrible, ningún éxito es tan grandioso. Por eso nos aburrimos tanto, la mayor parte del tiempo nuestra vida es lineal. Nuestra felicidad no se esconde en competiciones de alto nivel, ya sea contra nosotros mismos o contra los demás, si no en las pequeñas chispas luminosas que nos rodean. Ellas, tristemente, son ignoradas en la mayoría de los casos. Miramos más arriba.
Ya lo decía una cita de aquella vieja carpeta del tuto: Si miras al sol éste no te permitirá ver las estrellas
cuando se elimina lo imposible, aquello que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad - doyle
viernes, mayo 20, 2005
viernes, mayo 13, 2005
miércoles, mayo 04, 2005
De vuelta
Nos incorporamos otra vez a nuestros quehaceres diarios, mientras mi alma se empieza a llenar de colores. Tras la odisea de Villarrobledo, el reencuentro, difícil aunque profesional, con las aulas. Muchos piensan que fuí a la playa. Les dije que no, que no, al Viña Rock. ¡Qué quemote!
Ahora estoy en paños muy menores escuchando el bicho, preparándome para su bolo del viernes en la Premium. Un poco caro pero... estuvieron muy interesantes en el Viña y además es la presentación de el bicho II, aún por descubrir.
Ahora me siento, puedo escuchar mi sonido. No podría decir lo mismo hace unos meses. Si leemos los sueños, está bastante claro que morimos cuando queremos. Paso tras paso con el pecho abierto en dos, para no pillarte por sorpresa. Los desvaríos del corazón son siempre gritos del letargo.
¡Como estamos! Deben ser los medicamentos como dice Bunbury (por cierto estuvo regular, poco rodado). Me voy a por M y luego a ejercitar el cuerpo.
Ahora estoy en paños muy menores escuchando el bicho, preparándome para su bolo del viernes en la Premium. Un poco caro pero... estuvieron muy interesantes en el Viña y además es la presentación de el bicho II, aún por descubrir.
Ahora me siento, puedo escuchar mi sonido. No podría decir lo mismo hace unos meses. Si leemos los sueños, está bastante claro que morimos cuando queremos. Paso tras paso con el pecho abierto en dos, para no pillarte por sorpresa. Los desvaríos del corazón son siempre gritos del letargo.
¡Como estamos! Deben ser los medicamentos como dice Bunbury (por cierto estuvo regular, poco rodado). Me voy a por M y luego a ejercitar el cuerpo.
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Espíritu
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martes, mayo 03, 2005
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