miércoles, agosto 31, 2005

Revelaciones

He tenido sueños oníricos inducidos, tal vez, por los recuerdos de la brisa playera de Los Caños (pasado finde semana). O algo por el estilo, no lo dudes. Estas experiencias no se reducen a los sueños lúcidos, la realidad en si misma forma parte de ellas si se deja volar la imaginación sin control. Al dejar la mente libre, a veces, aparecen entes con significado, símbolos claros y evidentes. Aún estoy ensayando y sólo visualizo fragmentos. Algunas de las imágenes que observé con indiferencia: la silueta de un jinete que se aleja por un camino, correr detrás de alguien volver la vista atrás y ser atacado por sorpresa por un perseguidor, la cara luminosa de M ocultando un rostro fantasmagórico, ...
La mayor de todas ellas partió de mi imaginación. Estaba tumbado en la cama, fantaseando con mujeres. M no aparecía (¿excluida?) y eran anónimas (al menos eso creo) aunque reflejaban arquetipos conocidos para mi. Mi comportamiento, mis ofrendas simbólicas hacia ellas y mi servidumbre excedían mi voluntad, ya no lo controlaba conscientemente. Aunque sí era espectador consciente. Tuve una certeza durante la fantasía: podía cambiar mi entorno imaginario. De este modo, modifiqué allí mi forma de actuar. Fue entonces cuando volvió M, con todo su erotismo, y las demás se fueron o se escondieron, quién sabe. Sueños que, por una parte, me llenan de confusión, y por otra, me abren puertas a lo más íntimo de mi persona para posibles cambios.
Existen fuerzas y normas naturales más allá de nuestra percepción, para verlas sólo debemos mantener los ojos bien abiertos -o cerrados- y saber usarlos. Estas normas naturales no tienen porqué dar un orden al universo y a todo lo que sucede -no sé si es así, ni me importa- pero si nos pueden ayudar a ampliar la mente y mejorar como personas, introduciéndonos en nuestro propio subsconciente y modificándolo.

Espero repetir estas experiencias...

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