¿Qué somos? La imprevisión pura y dura. Y no me refiero sólo a mi mismo, como bien indica la primera persona del plural. Hablo de todos. Segundos antes de escribir esto, estaba terminando de tender mientras bailaba U can't touch this (Mc Hammer). ¿Un nuevo estereotipo de marujo? Quizás, pero no es casual, estaba guardado en algún lugar. El Lp que contenía ese tema (ni idea del título) fue mi primera cinta original que junto con las grabaciones de Dire Straits y algo de folk americano por parte de mi tío A, completaban practicamente mi colección. Sonaba aquello en mis primeros walkman. Más tarde entrarían en juego, en cierta fiesta de la convivencia del instituto, Nirvana con su Nevermind (¿No es original? No hace falta, gracias) pero eso es otra historia. Creo que nada de esto le sonaría a chino a mi viejo amigo JRR (o Ares para su compañero de pupitre en aquellos tiempos). ¡Qué vivencias! ¡Qué amores más apasionados! No obstante, la película siempre se recuerda imparcialmente: por un lado estaba mi mundo creado y por otro...
Me sirvo algo
...por otro aquello -entre otros sentimientos- que convertiría esa parte de mi vida en algo oscuro. Mi etapa más oscura, decía. Ah, la culpa, el castigo y el victimismo y tantas mierdas judeocristianas. Aunque, no estuvo mal, daba ambiente a la habitación como se suele decir. Tal vez fue mi modo de sobrevivir. Hoy me perdono, simplemente porque desde la perspectiva actual no hay nada que perdonar. Ven conmigo, haremos el amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario