Hoy subiremos a la parte más oculta, allá donde se encuentran las encrucijadas de la mente. Los primeros escalones de la descomunal subida, hacia arriba muy arriba, nos conducen a nuestro particular camino de baldosas amarillas, no en campo abierto y sobre llano, si no en perfecta y pulcra escalera de caracol bajo un techo de nubes aún no demasiado oscuras. Levanto la cabeza y observo como la escalera serpentea en espiral, abrazada a lo que parece ser un cono casi cilíndrico, con un fin allí dónde nada puede ser imaginado. Se trata de subir hacia arriba -y no en otra dirección- más allá de la altura, poco a poco y paso a paso, a un lugar más lejano y tardío que mi propia vida. Subo de forma continuada y jamás me detengo, ni siquiera ante la oferta de esa silla que espera en el infinito sobre nuestras cabezas. Pierna derecha, pierna izquierda, ... y tras dos elevado a veintiún escalones mitad para cada pierna, un año más viejo y yo tan perdido. Una mezlca de sabores, todo más claro pero más confuso. Procuro no abrazar esas ganas de tomar aliento, pues al dejar de meditar podría caerme al abismo de las flores, no sé bien si hacia abajo o hacia arriba. No es nada bueno caerse hacia arriba, sobre todo sin abrigo. Continúo mi ascensión sin tregua, pues es bien sabido que en estos casos es mejor ser metódico y disciplinado. No quedan muchas opciones, es bien fácil: Subir una escalera es sólo cuestión sólo de subir hacia arriba.
1 comentario:
¿Te he dicho alguna vez que escribes de puta madre, tio?
Por cierto, 2^21 escalones, mitad para cada pierna, son 2^20 escalones por pierna, esto es 1048576 escalones por pierna... ¡Una escalera de 2 Megas! ¡Tela!
:)
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