Últimamente estoy un poco desaparecido, lo reconozco. Desaparecer no es lo mismo que perderse. Se está muy bien así, señores y señoras (por aquello de las paridas políticamente correctas; un día hablaremos de eso). Hoy decido volver a escribir en este espacio, sólo un poco, pero no demasiado que me canso...
Amigos/as, ya lo dijo Jesulín de Ubrique, maestro zen donde los haya: La vida es como un toro, hay que echarle un par de güevos. En eso estamos echándole güevos, ya sean duros, revueltos, fritos o pasados por agua.
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