Saltan las alarmas, se enciende el fuego, me asalta el miedo aunque al amor prefiera. Soles negros, sueños lascivos, salidas de emergencia, canciones urgentes, malabarismos, tunantes, verbenas, matarifes, carnicerías, torquemadas, bufones y a la cabeza yo, con mi copa de vino, presido el circo caníbal. ¡Bienvenidos, pasen sin llamar!
Nunca lo haría más, dije, nunca serviría a la oscuridad y ahora quiero. Quiero caer, quiero. Creo en la luz al final del oscuro túnel porque existe una luz que nunca se irá (There is a light that never goes out, ja, ja, ja). Todo esto de la supervivencia tiene nombre, apellidos y alma. Son gotas de felicidad al final de la próxima curva en una señal de stop con forma de beso. Saboreo el segundo. Todo se para que no es poco...
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