Tengo un milagro entre manos y no existe nada, ni nadie que pueda pararlo. Ni siquiera yo, ni siquiera esas nubes de mantequilla y miedo. No señores, pasará algo gordo pero esta mierda no puede salpicaros. Permaneced sentados frente al neón. Es igual, vamos a dejarnos bigote donde no podáis verlo. Tan pretencioso como un local lleno de modernidad. Sí, lo sé como auténticos señores. ¡Hu ha!
2 comentarios:
En ocasiones me das miedo Antony.
Eso es cierto
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