domingo, agosto 05, 2007

En la playa

Ayer estuvimos con Sr. P y Mc compartiendo una agradable jornada en Punta Umbría. Nos bañamos, tomamos el sol protegidos por una supersombrilla, bocatitas, cervecita en el chiringo y esas cosas típicas playeras. Lo más interesante, por supuesto, vino cuando se nos ocurrio detener la marea construyendo un gigantesco muro de arena para salvar a la humanidad. No lo conseguimos, a pesar de contar con la colaboración de las niñas. De vez en cuando contabamos con la intervención ocasional de algún chaval que quitaba o destruía su montoncito de arena correspondiente. Ninguno se detenía a ayudarnos y sumarse a tan bonita causa (¡No nos mires únete!). ¡Qué juventud ésta! Claro, tanta videoconsola, canorreo, factores x y tomates rosas de esos, que al final los niños se nos lían y se nos vuelven listillos y avispaos (Cuántas belenesesteban, julianesmuñoz, bisbales y malenasgracias habrá por el mundo...). Ven a dos capullos puretas con su castillo y a intentar destruirlo que es lo divertido. Menos mal que fueron daños menores y logramos terminar nuestra obra, justo para que el agua se la comiera poco a poco, generando una pequeña piscina en su interior. Desde aquí reivindico las murallas y castillos de arena. Quién sabe si allá por el año 2027 cuando llegue la invasión extraterrestre tendremos que refugiarnos entre la arena de playa y sus construcciones. Al menos Sr. P y yo estaremos preparados y lideraremos a un selecto grupo hacia la salvación. Lo fliparemos, pero habrá otro grupo malvado de humanos que serán más listos: Se unirán al invasor suministrando información privilegiada y ultrasecreta para destruir los refugios playeros de la resistencia. Yo los he visto, sé quiénes son, tienen entre 5 y 12 años y corretean por ahí destruyendon todo a su paso. Debemos evitarlo, debemos unirnos, debemos... debemos echarnos mucha crema y evitar que nos dé demasiado el sol en la playa.

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