Ante tanto reality invadiendo los espacios televisivos, uno tomaba la coraza y miraba para otro lado. Se trataba de conservar la integridad y la coherencia ante nuestras propias ideas. Queens of Stone Age y el tomate, en principio, no casaban bien. Queríamos ser macarras, ¿no? A lo mejor era sólo falta de costumbre o falsa rebeldía. No nos engañemos, nuestra vida sólo se compone de juegos a los que cada uno jugamos. Así algunos levantan la bandera del tomate, otros la de medusa o la del Che. Hay para todos los gustos. Me pongo yo a pensar en el gran número de personas razonables y de bien echando el rato, con su Gran Hermano, sus Diarios de Patricia, sus Norias.... y entonces empiezo a quitarle quema. ¿Quién es nadie para juzgar? Ya somos lo suficientemente adultos para no engañarnos a nosotros mismos, eso está claro. Es nuestro deber salir del armario lo antes posible. En definitiva muchos expertos definen la madurez como un estado mental en el cual hemos dejado de engañarnos a nosotros mismos. ¿Acaso no me siento yo, de vez en cuando, en mi sofá para echar mis diez minutejos de tomate? No estoy ya para tonterías y mentiras, mi cuerpo empieza a hacer aguas y algo tiene esa telerealidad que te tienta. Te clava una lanza en lo más profundo y primario de tu ser y es allí, donde clavada en tu corazón termina por hacerte explotar de sentimiento ¡Boom! No se trata de engancharse de la noche a la mañana, son pequeñas dosis como maniobra de evasión de ésta, a veces, ajetreada y estresante vida. Yo les traigo, en dos fragmentos, todo un buen ejercicio de nuestra apreciada telebasura jorgejavieresca en versión reality. Vean, primero el primero y segundo el segundo, y la luz verán:
PARTE 1
PARTE 2
Mis mejores deseos para todos ustedes y que les vaya bien bonito. No obstante, si no entendieron nada de nada, los que más saben de la lengua nos pueden explicar en varios vocablos que esto es...
Por cierto, el tomate es genial y va muy bien con la pasta. También está muy fresquito en los picadillos.
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