Café con...leche

Desde que me instalé en mi nuevo barrio, suelo frecuentar, por las tardes, una cafetería que se caracteriza por tener una máquina de café nueva y en condiciones. Esto no suele ser frecuente pero cuando ocurre te sirven tu café con leche bien calentito y lo flipas con su sabor genuino. En plan los muy muy cafeteros, ya sabéis.

Como el dueño ya nos conoce me dio un par de calendarios de bolsillo para 2009 con unas ilustraciones y tematicas un tanto picaronas, que desde aquel momento siempre llevo en mi cartera. Aquí los muestro:

El primero es un chiste gráfico con ese punto bizarro-cañí (y machista, salta a la vista) que tanto me gusta (¡vaya ubres!) y el segundo es un texto titulado La vida según Quino (sí, sí el de Mafalda) que dice así:

Siempre he pensado que la forma en que la vida fluye está mal. Debería ser al revés: Uno debería morir primero, para vivir después.
Primero, vivir en un asilo de ancianos hasta que ya no seas tan viejo y puedas salir de allí.
Entonces empiezas a trabajar durante cuarenta años hasta que eres lo suficientemente joven para disfrutar de tu jubilación. Luego fiestas, parrandas, drogas, alcohol, diversión, amantes, novi@s... hasta que estés listo para empezar secundaria…
Después pasas a primaria y eres un niñ@ que se la pasa jugando sin responsabiliddes de ningún tipo…
Luego pasas a ser un bebé y estás de nuevo en el vientre materno. Ahí pasas los mejores y últimos nueve meses de tu vida flotando en un líquido tibio, hasta que tu vida se apaga en un tremendo orgasmo…

¡¡¡ESO SÍ ES VIDA!!!

Muy bueno, me recuerda al corto La Ruta Natural que se basa en una idea parecida. Hasta otra.