Una barca en el puerto me espera
no sé donde me ha de llevar,
no ando buscando grandeza
solo esta tristeza deseo curar.
Me marcho y no pienso en la vuelta,
tampoco me apena lo que dejo atrás
sólo sé que lo que me queda
en un solo bolsillo, lo puedo llevar.
Me siento en casa en América
en Antigüa quisiera morir,
parecido me ocurre con África,
Asila, Essaouira y el Rif.
Pero allá donde voy,
me llaman el extranjero
donde quiera que estoy,
el extranjero me siento.
Tambien extraño en mi tierra
aunque la quiera de verdad
pero mi corazón me aconseja,
los nacionalismos qué miedo me dan.
Ni patria ni bandera
ni raza ni condición
ni limites ni fronteras
¡¡Extranjero soy!!!
Porque allá dónde voy
me llaman el extranjero
donde quiera que estoy
el extranjero me siento...
no sé donde me ha de llevar,
no ando buscando grandeza
solo esta tristeza deseo curar.
Me marcho y no pienso en la vuelta,
tampoco me apena lo que dejo atrás
sólo sé que lo que me queda
en un solo bolsillo, lo puedo llevar.
Me siento en casa en América
en Antigüa quisiera morir,
parecido me ocurre con África,
Asila, Essaouira y el Rif.
Pero allá donde voy,
me llaman el extranjero
donde quiera que estoy,
el extranjero me siento.
Tambien extraño en mi tierra
aunque la quiera de verdad
pero mi corazón me aconseja,
los nacionalismos qué miedo me dan.
Ni patria ni bandera
ni raza ni condición
ni limites ni fronteras
¡¡Extranjero soy!!!
Porque allá dónde voy
me llaman el extranjero
donde quiera que estoy
el extranjero me siento...
Enrique Bunbury
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