1977, año de la serpiente o de la culebrilla en mi caso, fue el año en que tomé posesión de mi forma corpórea. Te pegan en el culo, lloras un poco y todo derecho hacia delante, está la vida. Ese año, unos meses antes, salió a la luz La guerra de las galaxias junto con Encuentros en la tercera fase ese otro hito sci-fi de todos los tiempos. Creo que la ponen en el cine de verano, espero no perdérmela por despiste o dejadez. También movió sus caderas ese año Travolta y su guateque en Fiebre del sábado noche, llegó la bellísima Annie Hall, mi favorita -y de muchos- del querido Woody o la mítica Un puente lejano que ya casi ni recuerdo. ¡Cuántos tesoros de ayer y siempre! Somos panecillos en un peculiar horno de leña. ¿Qué vientos soplaron para transportarme hasta el ahora? ¿Cuántos? Vosotros sois mis padres pequeñas criaturitas. Yo soy tu padre, se oía, con voz grave aconstantinada ¿Qué decía yo? ¿A qué venía todo esto? Ya se me fue...
¡Ah sí! Ayer, rescaté de aquel año una película un pelín bizarra del italiano Dario Argento que no conocía (ni al director tampoco y eso que había visto alguna película suya). Se llama Suspiria. Es un título de metraje inquietante y aunque se nota el paso de los años, tiene algunos momentos que ya los querrían algunas de las modernidades más modernas. Les dejo la película completa en inglés con subtítulos en español, tal y como me la encontré en YouTube. ¡Qué la disfruten!
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