sábado, enero 23, 2010

Bien de lo mío, gracias

No hablaré de caos, ni de pensamientos rebuscados, asuntos complejos, dramas o lamentos. Son buenos recursos para llamar la atención pero su fuerza es inversamente proporcional a la expectación que suelen levantar. Me empieza a interesar cada vez menos. Me apunto a lo sencillo, a la claridad, a la luz... Son conceptos infinitos. Se debe luchar por estar bien pero no de cualquier manera si no buscando la adecuada para cada uno. En ello estamos, amigos. Me encuentro en un buen momento desde un tiempo hasta aquí, así lo siento y eso creo que se nota en los mensajes de este blog de los últimos meses. La positividad se ha multiplicado y yo encantado. Quería expresarlo, sólo eso.

A veces debemos dar las gracias a lo que nos rodea. A lo que es y fue bueno damos las gracias, eso está claro, pero también dar las gracias a todas las piedras en el camino, sean personas o hechos porque ellas también nos dan un referente. Nuestros enemigos y las dificultades deben sacar a flote nuestra fuerza. Sin ellos no sería posible crecer. Algo de eso ya lo dijo Jesucristo si mal no recuerdo: Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen.

Vaya sorpresa, según parece casi me estoy volviendo sectario religioso o algo así pero no teman, la luz no daña, sólo te ciega de la realidad de los sentidos, de la falsa.

3 comentarios:

Perrorocky dijo...

Pues se va viendo el efecto del libro de meditación...

Espíritu dijo...

Bueno en realidad viene de mucho más atrás. Con la meditación sólo llevo unos días poniéndolo en práctica pero sí que sienta bien.

MAYA dijo...

Casi, casi AMEN...