Esta es una historia de amor zoofílica que se me ocurrió ayer de sobremesa:
Estaba un hombre cómodamente sentado en el césped de un parque cuando un bello pajarillo se posó en su rodilla. Lo observó atento y comprendió cuánto le gustaba. El pájaro revoloteó a su alrededor con gráciles movimientos casi a modo de cortejo pues éste se sabía observado y, quizás, deseado. El hombre hipnotizado por el pájaro, lo quiso para si. Sería de su propiedad para siempre. Así, intentó capturarlo con sus manos pero fracasó en sus repetidos intentos. El pájaro asustado huía, mientras el hombre, fuera de si, lo perseguía en un extraño estado de éxtasis, repitiendo sistemáticamente:"Ven, te quiero. Seré tu dueño." Tras una larga persecución inútil, el hombre cayó al suelo exhausto y desmoralizado. Sentado en el suelo, se llevó las manos a la cabeza y la refugió entre sus piernas mientras el pájaro volaba a varios metros de él, esperando receloso. El hombre estaba al borde del llanto pues perdía a un ser muy valioso. Entonces, inesperadamente, el pájaro volvió a posarse sobre su cuerpo, esta vez en un brazo. En aquel momento, levantó la cabeza con ilusión renovada en sus ojos y miró al pajaro, situado a tan solo un palmo de él. Lo comprendió. ¡Era la libertad la fuente de su belleza! Y entonces lo quiso libre.
Yo mismo, te alabamos señor
2 comentarios:
Ay.... que me gusta... Se lo contaré a mi "niña" cuando sea mayorcita...LIBERTADDDDDD
Además le puedes presentar al autor, un espíritu que no para de andar por su camino e intenta ser libre...
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