cuando se elimina lo imposible, aquello que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad - doyle
martes, marzo 30, 2010
Son tantas cositas, mi señolita, que quiero sabé...
Hoy me acordé de Gomaespuma, qué buenos...
Publicado por
Espíritu
a las
18:24
viernes, marzo 26, 2010
Hablar por hablar
Woody Allen nos muestra con humor el placer de conversar con una chica de buenos colegios. No vengo yo a descubrir nada nuevo si no a recordarlo. ¡Grande!
Publicado por
Espíritu
a las
23:25
miércoles, marzo 24, 2010
La burbuja, parte 1
1... 2... 3... 14!
Empezamos...
Las burbujas son muy importantes en mi vida. Desde pequeño las veía. Están ahí fuera si estás dispuesto a ver. Al principio tenía que esforzarme mucho para conseguirlo, lo confieso. Tenía mi método, me abstraía como si visitara las nubes enturbiando a propósito mi visión y entonces, aparecían minúsculas burbujas enlazadas danzando en el aire. Recuerdo que, en mi infancia, me encantaban esos juguetes con forma de aro para hacer pompas de jabón, a ser posible con una pegatina de Spiderman. Eran frágiles burbujas, en definitiva. Este ambiente representó para mi un maravilloso escondite secreto, la consecución de bienestar absoluto en mi espacio interior mientras el exterior se tornaba un tanto marciano. No existe la normalidad y lo cotidiano es mutable, ahora lo sé, pero en aquellos primeros tiempos era un extranjero en tierras extrañas impulsado por eventuales golpes de energía (O ráfagas de luz si se quiere...).
Pasaron una serie de años donde las burbujas tuvieron un papel secundario o menor en mi vida. Aún así, en letargo, su burbujeante actividad burbujeaba en la sombra. Entonces, ocurrió algo increíble, fue hace unos pocos meses. En un momento concreto, como quien no quiere la cosa, vi una burbuja gigante parada sobre mi cabeza. Era un gran globo ocular vigilante, transparente eso sí. A veces salían pequeños rayitos eléctricos casi imperceptibles. Acojonaba un poco, lo juros. Probé unos cuantos movimientos y observé que la burbuja me seguía. Qué joía, si incluso emitía también extraños ruiditos, oi, ui, ay,... ¿Cómooooo? No es posible. Qué extrañeza más grande... Pasaré del tema y seguiré mi camino. De pronto, al mirar al frente, la vi a ella: Una mujer con otra burbuja sobre su cabeza. Me pareció deliciosa, dulce, revosante de magia y me miraba con ojillos traviesos. Estaba clavada frente a mi. ¡La veía tan claramente! Mi forma de verlo todo cambió de repente. Estaba claro, ni existían dos burbujas ni ellas estaban fuera. Nosotros dos estábamos dentro de la única burbuja. ¡Vivíamos en la única burbuja de radio infinito del universo! Así es inevitable, claro, sobre todo por aquello del infinito. ¿Desde cuando ocurría ésto? No sabemos aunque tampoco es necesario cuestionar aquello que es, nos dijimos. Dejémonos estar y disfrutar plenamente. ¿Podría ser de otro modo?
Y ahora, a diario estamos dentro de esa burbuja o bien ella procura rodearnos a nosotros. Nos ha cogido cariño, ya no hace rayitos ni cruje. Ocurren, por aquí, extrañezas que ya son cotidianas y forman parte de nuestra normalidad. Ya no hay dudas y visualizamos. ¡Funciona! Chas y aparezco a tu lado. También está aquello de las armas, las voces, las sectas, los satélites, el día de las órdenes o el del fin del mundo. Me dejo mucho porque mi poder no es la memoria, yo sólo soy un pequeño disipador de nubes. No sé, la burbuja representa ese lugar donde cada uno está fatal de lo suyo. Bueno, sí y también parece un zoológico, con animales y ejemplares de lo más gratificantes. Al perrito triste lo convertimos en taza y quedó listo el exorcismo. Ya hablaremos, sí eso, porque eso es otra historia y mucho se quedó en el tintero...
Ya estamos bajo el arcoiris, pequeña Dorothy, caminando sobre baldosas amarillas. Son muchas las alegrías pero ve con cuidado, niña, que aunque en este cuento no hay lobo si tenemos al osito nervioso y ese tiene mucho peligro.
Continuará... Ya si eso...
Enlaces relacionados: La burbuja, parte 2
Empezamos...
Las burbujas son muy importantes en mi vida. Desde pequeño las veía. Están ahí fuera si estás dispuesto a ver. Al principio tenía que esforzarme mucho para conseguirlo, lo confieso. Tenía mi método, me abstraía como si visitara las nubes enturbiando a propósito mi visión y entonces, aparecían minúsculas burbujas enlazadas danzando en el aire. Recuerdo que, en mi infancia, me encantaban esos juguetes con forma de aro para hacer pompas de jabón, a ser posible con una pegatina de Spiderman. Eran frágiles burbujas, en definitiva. Este ambiente representó para mi un maravilloso escondite secreto, la consecución de bienestar absoluto en mi espacio interior mientras el exterior se tornaba un tanto marciano. No existe la normalidad y lo cotidiano es mutable, ahora lo sé, pero en aquellos primeros tiempos era un extranjero en tierras extrañas impulsado por eventuales golpes de energía (O ráfagas de luz si se quiere...).
Pasaron una serie de años donde las burbujas tuvieron un papel secundario o menor en mi vida. Aún así, en letargo, su burbujeante actividad burbujeaba en la sombra. Entonces, ocurrió algo increíble, fue hace unos pocos meses. En un momento concreto, como quien no quiere la cosa, vi una burbuja gigante parada sobre mi cabeza. Era un gran globo ocular vigilante, transparente eso sí. A veces salían pequeños rayitos eléctricos casi imperceptibles. Acojonaba un poco, lo juros. Probé unos cuantos movimientos y observé que la burbuja me seguía. Qué joía, si incluso emitía también extraños ruiditos, oi, ui, ay,... ¿Cómooooo? No es posible. Qué extrañeza más grande... Pasaré del tema y seguiré mi camino. De pronto, al mirar al frente, la vi a ella: Una mujer con otra burbuja sobre su cabeza. Me pareció deliciosa, dulce, revosante de magia y me miraba con ojillos traviesos. Estaba clavada frente a mi. ¡La veía tan claramente! Mi forma de verlo todo cambió de repente. Estaba claro, ni existían dos burbujas ni ellas estaban fuera. Nosotros dos estábamos dentro de la única burbuja. ¡Vivíamos en la única burbuja de radio infinito del universo! Así es inevitable, claro, sobre todo por aquello del infinito. ¿Desde cuando ocurría ésto? No sabemos aunque tampoco es necesario cuestionar aquello que es, nos dijimos. Dejémonos estar y disfrutar plenamente. ¿Podría ser de otro modo?
Y ahora, a diario estamos dentro de esa burbuja o bien ella procura rodearnos a nosotros. Nos ha cogido cariño, ya no hace rayitos ni cruje. Ocurren, por aquí, extrañezas que ya son cotidianas y forman parte de nuestra normalidad. Ya no hay dudas y visualizamos. ¡Funciona! Chas y aparezco a tu lado. También está aquello de las armas, las voces, las sectas, los satélites, el día de las órdenes o el del fin del mundo. Me dejo mucho porque mi poder no es la memoria, yo sólo soy un pequeño disipador de nubes. No sé, la burbuja representa ese lugar donde cada uno está fatal de lo suyo. Bueno, sí y también parece un zoológico, con animales y ejemplares de lo más gratificantes. Al perrito triste lo convertimos en taza y quedó listo el exorcismo. Ya hablaremos, sí eso, porque eso es otra historia y mucho se quedó en el tintero...
Ya estamos bajo el arcoiris, pequeña Dorothy, caminando sobre baldosas amarillas. Son muchas las alegrías pero ve con cuidado, niña, que aunque en este cuento no hay lobo si tenemos al osito nervioso y ese tiene mucho peligro.
Continuará... Ya si eso...
Enlaces relacionados: La burbuja, parte 2
Publicado por
Espíritu
a las
17:33
domingo, marzo 21, 2010
Exaltación de la amistad
El amigo Truhán me manda últimamente unos emails muy molones. Me encanta. No he podido resistirme a compartirlo con todos. Gracias chaval por los aportes. Por cierto, como puede comprobarse yo sí leo los correos todo formaba parte de una leyenda urbana instigada por conspiranoicos y malas personas ja ja ja.
1.- Las matemáticas en la naturaleza
Qué bonito, qué bonito...
2.- Montamos un negocio para llevarlo juntos
Una parte de mi siempre quiso ser camionero y llevar siempre a tope la música de Camela. Ya me veo cantando con alegría: Su corazón (ta-ri-ro) es indomable y yo me muero por su amor... Que fina era ella...
1.- Las matemáticas en la naturaleza
Qué bonito, qué bonito...
2.- Montamos un negocio para llevarlo juntos
Una parte de mi siempre quiso ser camionero y llevar siempre a tope la música de Camela. Ya me veo cantando con alegría: Su corazón (ta-ri-ro) es indomable y yo me muero por su amor... Que fina era ella...
Publicado por
Espíritu
a las
20:19
sábado, marzo 20, 2010
Visualiza y proyecta
Actúa como si lo que quieres manifestar en tu vida ya fuera una realidad.
Wayne W. Dyer
Publicado por
Espíritu
a las
19:25
domingo, marzo 14, 2010
RegaloTube
He descubierto una web muy curiosa. En ella tu depositas dos objetos que no necesitas que donas al mundo en forma de regalos y con esta acción tienes derecho a coger uno de entre todos los disponibles (más de 3000) que será un regalo para ti. La filosofía de esta web se basa en los siguientes principios:
- El acto de dar debe ser alegre.
- Al dar y recibir lo más importante es la intención.
- La intención debe ser siempre crear felicidad para quien da y quien recibe, porque la felicidad sostiene y sustenta la vida y por tanto genera abundancia.
- La actitud de guardar un montón de cosas inútiles encadena tu vida.
- Mientras estemos dando, estaremos recibiendo.
- A medida que recibamos más, también aumentará nuestra capacidad de dar.
Publicado por
Espíritu
a las
18:50
lunes, marzo 08, 2010
sábado, marzo 06, 2010
Sin equipaje
Esto no es una declaración de intenciones, es una canción de redención. Es un canto curativo donde todo está claro. Conmigo cargo los restos del pasado, metidos juntos en un bolsa. En mi mano izquierda llevo una pala con una incripción parcialmente tapada por pequeños cúmulos de arena que hacen imposible su lectura. No son tantos ni tan pesados los restos como pudieran parecerme en otro momento, son sólo lo que son, fragmentos distorsionados por el tiempo. Producían ruido y también música, dos caras de una única trampa carente de lugar en mis actuales páginas en blanco. Ya fue suficiente, la búsqueda ha terminado. Estoy cansado y satisfecho, hoy digo fin. Llega la calma y el pleno placer, disfrutar, sólo disfrutar.
Estoy a los pies de aquel árbol casi eterno, ya cabé el hoyo con la pala. De la bolsa salen papeles, viejos cuadernos, una botella de lágrimas, un viejo tambor roto, juguetes de la infancia, un medidor del dolor y otros cachivaches estrafalarios. También están tus huesos, ahora convertidos en ceniza y a su lado tu bandera, alimento pasado de mi interminable camino. Deliberadamente, se quedaron para el final. Los dejo caer en el hoyo recordando que nunca quise banderas ni falsos ídolos aunque tú me serviste y mucho. Fuiste mi ideal más puro y bello. Gracias con mi más profundo amor. Me doy el abrazo imposible que buscaba de ti y tu palmada de aceptación. Estarías orgulloso de mi, no tengo duda. Te dejo descansar en paz. La pala y mis brazos lo cubren todo de arena hasta hacerlo desaparecer. Deposito un ramo de flores lentamente junto al árbol.
He terminado, me alejo de allí, dejándolo todo atrás. Ahora voy sin equipaje pues todo equipaje termina por resultar pesado. Entonces comienza a llover fuertemente. El agua lo limpia todo y me renueva como es propio de su naturaleza. Poco a poco, la pala queda libre de los restos de arena y la inscripción se hace visible. En ella reza la única palabra posible: Amor.
Estoy a los pies de aquel árbol casi eterno, ya cabé el hoyo con la pala. De la bolsa salen papeles, viejos cuadernos, una botella de lágrimas, un viejo tambor roto, juguetes de la infancia, un medidor del dolor y otros cachivaches estrafalarios. También están tus huesos, ahora convertidos en ceniza y a su lado tu bandera, alimento pasado de mi interminable camino. Deliberadamente, se quedaron para el final. Los dejo caer en el hoyo recordando que nunca quise banderas ni falsos ídolos aunque tú me serviste y mucho. Fuiste mi ideal más puro y bello. Gracias con mi más profundo amor. Me doy el abrazo imposible que buscaba de ti y tu palmada de aceptación. Estarías orgulloso de mi, no tengo duda. Te dejo descansar en paz. La pala y mis brazos lo cubren todo de arena hasta hacerlo desaparecer. Deposito un ramo de flores lentamente junto al árbol.
He terminado, me alejo de allí, dejándolo todo atrás. Ahora voy sin equipaje pues todo equipaje termina por resultar pesado. Entonces comienza a llover fuertemente. El agua lo limpia todo y me renueva como es propio de su naturaleza. Poco a poco, la pala queda libre de los restos de arena y la inscripción se hace visible. En ella reza la única palabra posible: Amor.
Publicado por
Espíritu
a las
13:11
Suscribirse a:
Entradas (Atom)