Ayer, por casualidad, se cruzaron ante mi algunas fotos del pasado. Me puse a mirarlas y me resultaron extrañas, lejanas. No sabría muy bien explicar la sensación. No sé, veía desde fuera a uno de mis yos posibles. Son los miniyos de mi cabeza. Que se vayan un poco a paseo porque ahora todo es posible para mi. Sí, eso creo.
Me detuve un poco, recordando, sobre todo buenos momentos. La conclusión es evidente: Tengo mucha suerte por lo que fue y por lo que es. No sé, será por aquello del círculo de poder. Si ya lo decía yo en la prehistoria de los tiempos...
cuando se elimina lo imposible, aquello que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad - doyle
viernes, abril 30, 2010
jueves, abril 29, 2010
Que tengas suertecita
Corría el año 2004 cuando yo me examinaba de oposiciones por segunda vez compaginando los estudios y el trabajo con otras historias que ya casi recuerdo. En esos momentos uno intenta estar fuerte, con vitalidad y tener un poco de fe, sencillamente porque es la mejor manera de tomárselo. Verlo así te ayuda a estudiar, estudiar y estudiar. Debería ser lo único en estos casos. Todo lo demás no depende de nosotros, es casi aleatorio y muy injusto a decir verdad (como suele pasar a veces en esta vida). Esas ideas me hacían trabajar en paz y dejarme llevar. De todas formas no es fácil y hay momentos de debilidad. No es fácil.
En ese camino te vas encontrando señales, miguitas de pan sobre las baldosas amarillas y muchos compañeros/as de viaje dando apoyo. ¡Qué se lo digan a Dorothy y a los suyos en el mundo de Oz! Hablaré de una de ellas. Ese año Bunbury sacó su album doble El viaje a ninguna parte y su single se llamaba Que tengas suertecita. Fue mi canción, mi disco aquel año. Y la tuve, tuve suertecita: Aprobé aquel año. Prometí estar agradecido como decía Rosendo. Ahora que la tengas tú también, amigo/a. Pásala, la suerte no se agota, siempre se multiplica y funciona. Será por aquella ley vital de la visualización. O será el café como decía aquel anuncio de televisión, cualquiera sabe. Que la suerte te acompañe, pequeño. Que la suerte te acompañe, pequeña.
En ese camino te vas encontrando señales, miguitas de pan sobre las baldosas amarillas y muchos compañeros/as de viaje dando apoyo. ¡Qué se lo digan a Dorothy y a los suyos en el mundo de Oz! Hablaré de una de ellas. Ese año Bunbury sacó su album doble El viaje a ninguna parte y su single se llamaba Que tengas suertecita. Fue mi canción, mi disco aquel año. Y la tuve, tuve suertecita: Aprobé aquel año. Prometí estar agradecido como decía Rosendo. Ahora que la tengas tú también, amigo/a. Pásala, la suerte no se agota, siempre se multiplica y funciona. Será por aquella ley vital de la visualización. O será el café como decía aquel anuncio de televisión, cualquiera sabe. Que la suerte te acompañe, pequeño. Que la suerte te acompañe, pequeña.
Que tengas suertecita
que te conceda la vida
cada día lo que mereces.
Que no te falte de nada
que no te de la espalda la esperanza
que te encuentres el buen camino
que sea el tuyo y no el mío
y si es el mismo, enséñamelo
que no hagas caso de aduladores
que no te fies de los vencedores
ganando competiciones,
elecciones y popularidad
Que tengas suertecita,
que no te falte capacidad
para descernir el mas acá
del confuso mas allá
que es realidad aparte.
Que no pierdas mas el tiempo
que ser el rico del cementerio
no es buen invento
y es peor epitafio
que no te falte esa canción
que repare tu corazón
en el momento peor,
que hayas conocido.
Que tengas suertecita......
que te conceda la vida
cada día lo que mereces.
Que no te falte de nada
que no te de la espalda la esperanza
que te encuentres el buen camino
que sea el tuyo y no el mío
y si es el mismo, enséñamelo
que no hagas caso de aduladores
que no te fies de los vencedores
ganando competiciones,
elecciones y popularidad
Que tengas suertecita,
que no te falte capacidad
para descernir el mas acá
del confuso mas allá
que es realidad aparte.
Que no pierdas mas el tiempo
que ser el rico del cementerio
no es buen invento
y es peor epitafio
que no te falte esa canción
que repare tu corazón
en el momento peor,
que hayas conocido.
Que tengas suertecita......
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Espíritu
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8:28
martes, abril 27, 2010
La burbuja, parte 2
Hoy hablaré del espíritu del presente, del ahora. Vivo dentro de una burbuja y me siento féliz. Esta burbuja no es una cualquiera, es aquella tan especial de la que os hablé un día. Yo la veo y la veo a ella a mi lado. Es esa linda mujercita que, a su vez, también nos ve a los dos. Explicarlo es un lío pero si te pones el cinturón, el viaje no produce ni mareos y ni gómitos. Claro, es un viaje a ninguna parte en un tren totalmente parado en la estación. Para tu sorpresa, el tren te lleva al jardín de tus sueños donde el corazón se abre y nos vemos mútuamente una vez más.
La burbuja siempre estará ahí pero comprenderla de nada sirve pues sigue funcionando aunque tú no la veas. La dejo a su aire, me olvido de ella. La burbuja es en si misma, diría yo. A nadie pertenece. Jamás intentes controlar una búrbuja mágica si aparece en tu entorno más próximo. No te lo recomiendo. Se irá por donde vino con su sombrero, garantizado por la chica de los mil o más nombres. Tiri tiri ti tiri tiri ti..., canta ella mientras hace su peculiar baile. Tiri tiri ti tiri tiri ti..., otra vez. Me uno a la fiesta y bailamos los dos.
Estoy muy fuerte y muy débil a la vez. Duermo más bien poco pero me da igual. A veces me equivoco, se me olvida casi todo y a veces las cosas se tuercen porque ya estaban un poco torcidas. Me desconecto de la burbuja por momentos y aún sigue ahí, en lo más profundo y recóndito del corazón, más pequeña pero también más fuerte. Alcanza su estado óptimo ante la adversidad, sin embargo es más difícil verla, diría yo. No obstante, si, en ese estado, consigues llenarte, su energía te inunda y sales reconfortado. Es el poder de lo pequeño. Es así.
Esta lluvia de sensaciones también es un poco extraña, lo reconozco. Un día por ejemplo me levanté en mi cama convertido en un descomunal cocodrilo panzón que sólo decía ñam, ñam. Entonces vi a Campanilla con su luz volando sobre mi. Podía devorarla como decía mi instinto o sólo observarla. Opté por la segunda opción y comprobé que no llevaba bragas. ¡Qué visión! Sin dudarlo me quité mi disfraz de cocodrilo y volé con ella como mi verdadero yo. Volé con ella como Peter Pan.
Todo esto está guapísimo, señores. El viento está a favor y a todo le da la vuelta. Así me habló la burbuja un día: Las cosas no son buenas ni malas en si mismas, si no todo lo contrario. Yo tomé nota y le hice caso, sobre todo porque la cita sonaba bien, tenía musicalidad. Al poco me paro a pensar y estallo en carcajadas. La burbuja, con su fino sentido del humor, ha vuelto a pincharme en mi punto flaco. La burbuja ha vuelto a reirse de... ha vuelto a reirse conmigo.
Enlace relacionado: La burbuja, parte 1
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Espíritu
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19:13
sábado, abril 24, 2010
Un tesoro robado
Al buscar, ocurre fácilmente que nuestros ojos sólo ven el objeto que perseguimos. Por ello, porque todo lo demás es inaccesible a nuestros ojos, porque sólo pensamos en aquella meta que nos hemos fijado, ésta nos posee por entero y nos hace imposible el encontrar.
Siddharta - Herman Hesse
Extracto robado vilmente del facebook de cierto gurú espiritual. No pude resistirme a esta verdad tan inevitable. Sólo quedan la rendición y la aceptación. Deuda zanjada Sr.P, muchas gracias.
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Espíritu
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21:40
miércoles, abril 21, 2010
Nada 2.0
A veces la casualidad me acompaña. Suele ser habitual, no sé ni porque hago el intento de sorprenderme. Cuando, en realidad, ya es algo cotidiano. La suerte se quedó a vivir conmigo.
La cosa es más o menos como cuento. Descubro hace una semana un mejicano llamado Zoé. Pongo la letra de una de sus canciones en el blog (ver post anterior), concretamente una titulada Nada. Resulta que al colega Bunbury -artista al que sigo la pista- le da por hacer una colaboración con nuevo vídeo, precisamente de ésta canción. ¿Todo para qué? Para que tú lo veas... Para que recuerdes que no hay nada que puedas perder, no hay nada que no puedas ser, que no puedas amar, que no puedas soñar...
Si es que me lo ponen a huevo...
La cosa es más o menos como cuento. Descubro hace una semana un mejicano llamado Zoé. Pongo la letra de una de sus canciones en el blog (ver post anterior), concretamente una titulada Nada. Resulta que al colega Bunbury -artista al que sigo la pista- le da por hacer una colaboración con nuevo vídeo, precisamente de ésta canción. ¿Todo para qué? Para que tú lo veas... Para que recuerdes que no hay nada que puedas perder, no hay nada que no puedas ser, que no puedas amar, que no puedas soñar...
Si es que me lo ponen a huevo...
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Espíritu
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23:02
sábado, abril 17, 2010
Nada
Transfusión, mi magia pura para el corazón
Rimel de miel para corregir la tristeza
Tattoo mental para marcarse la imaginación
Tragos de luz, para alegrarse la vida
Televisión, para borrarse de la transmisión
Revólver sexual, para la ruleta rusa
Y no sé tú, ni qué dirás
pero no hay nada mucho más que pensar.
La oscuridad me acecha incrédula
Nada que pueda perder,
nada que no pueda hacer,
algo que te alivie,
algo que me cure
No hay nada que pueda perder
que no pueda hacer,
que no pueda amar,
que no pueda soñar.
Rimel de miel para corregir la tristeza
Tattoo mental para marcarse la imaginación
Tragos de luz, para alegrarse la vida
Televisión, para borrarse de la transmisión
Revólver sexual, para la ruleta rusa
Y no sé tú, ni qué dirás
pero no hay nada mucho más que pensar.
La oscuridad me acecha incrédula
Nada que pueda perder,
nada que no pueda hacer,
algo que te alivie,
algo que me cure
No hay nada que pueda perder
que no pueda hacer,
que no pueda amar,
que no pueda soñar.
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Espíritu
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19:39
jueves, abril 15, 2010
El rompecabezas de la sexualidad
Título: El rompecabezas de la sexualidad
Autor: José Antonio Marina
Este autor lo conocí gracias al Sr. P (sí, claramente es un reclamo para tenerlo con más frecuencia en este blog). Muy agradecido le estoy. Leer un libro suyo siempre te aporta muchas reflexiones interesantes. Podríamos decir que cada libro de Marina es una investigación filósofica sobre diversos temas de la vida siempre con un enfoque prágmatico y accesible. En este caso le toca el turno a la sexualidad, concepto éste cuyo campo de influencia abarca casi todos los ámbitos de la actividad humana y que no debemos confundir con el sexo. En este sentido la sexualidad se considera una dimensión humana compleja en la cual intervienen aspectos tanto biológicos, como psicológicos, sociales u otros.
El autor como en otras ocasiones define los términos, parte de algunos axiomas previos que se aceptan como razonables y comienza desde ahí su investigación. El lector le acompaña en su recorrido y éste, a su vez, se siente acompañado. En esta ocasión la idea es analizar qué condicionantes afectan a la sexualidad humana tanto a nivel individual como en sociedad. Así, poco a poco, a partir del conocimiento se sientan las bases para una sexualidad lo más satisfactoria y plena posible. No todo debería valer si no nos hace dignos y valiosos a nosotros mismos o a los que nos rodean. Es decir, no todo vale si nos causará dolor a corto o largo plazo por muy satisfactorio que pudiera parecer. A veces es bueno desmitificar el sexo y la sexualidad, hacerlo todo más natural, sin tanto falso mito e historias. En este sentido, las conclusiones de Marina me parecen muy interesantes. Tal vez, plantea, necesitamos un sistema moral de propia creación para elegir y actuar con fundamento como diría el famoso cocinero de la tele. Termina, así, enunciando unas normas básicas que nos permitan alejarnos de un caótico todo vale o de un represivo todo está prohibido para establecer un punto medio más razonable para poderlo llevar a cabo en nuestro proyecto de vida.
Para quién: Si te gusta la filosofía accesible y quieres tener una visión global de la sexualidad.
Lo peor del libro: Quizás necesita muchos preparativos previos para llegar a conclusiones aplicables a la práctica. Aunque a lo largo de todo el libro hay aportes interesantes a veces decae el interés.
Lo mejor del libro: Para mi los capítulos finales donde se establecen las directrices básicas para una sexualidad sana y reconfortante.
Nota global: 6,5
Esta ficha es la crítica de un humilde lector cuya única formación literaria es leer mucho. Para tirar sus trastos o darme la razón, tienen el apartado de comentarios.
Autor: José Antonio Marina
Este autor lo conocí gracias al Sr. P (sí, claramente es un reclamo para tenerlo con más frecuencia en este blog). Muy agradecido le estoy. Leer un libro suyo siempre te aporta muchas reflexiones interesantes. Podríamos decir que cada libro de Marina es una investigación filósofica sobre diversos temas de la vida siempre con un enfoque prágmatico y accesible. En este caso le toca el turno a la sexualidad, concepto éste cuyo campo de influencia abarca casi todos los ámbitos de la actividad humana y que no debemos confundir con el sexo. En este sentido la sexualidad se considera una dimensión humana compleja en la cual intervienen aspectos tanto biológicos, como psicológicos, sociales u otros.
El autor como en otras ocasiones define los términos, parte de algunos axiomas previos que se aceptan como razonables y comienza desde ahí su investigación. El lector le acompaña en su recorrido y éste, a su vez, se siente acompañado. En esta ocasión la idea es analizar qué condicionantes afectan a la sexualidad humana tanto a nivel individual como en sociedad. Así, poco a poco, a partir del conocimiento se sientan las bases para una sexualidad lo más satisfactoria y plena posible. No todo debería valer si no nos hace dignos y valiosos a nosotros mismos o a los que nos rodean. Es decir, no todo vale si nos causará dolor a corto o largo plazo por muy satisfactorio que pudiera parecer. A veces es bueno desmitificar el sexo y la sexualidad, hacerlo todo más natural, sin tanto falso mito e historias. En este sentido, las conclusiones de Marina me parecen muy interesantes. Tal vez, plantea, necesitamos un sistema moral de propia creación para elegir y actuar con fundamento como diría el famoso cocinero de la tele. Termina, así, enunciando unas normas básicas que nos permitan alejarnos de un caótico todo vale o de un represivo todo está prohibido para establecer un punto medio más razonable para poderlo llevar a cabo en nuestro proyecto de vida.
Para quién: Si te gusta la filosofía accesible y quieres tener una visión global de la sexualidad.
Lo peor del libro: Quizás necesita muchos preparativos previos para llegar a conclusiones aplicables a la práctica. Aunque a lo largo de todo el libro hay aportes interesantes a veces decae el interés.
Lo mejor del libro: Para mi los capítulos finales donde se establecen las directrices básicas para una sexualidad sana y reconfortante.
Nota global: 6,5
Esta ficha es la crítica de un humilde lector cuya única formación literaria es leer mucho. Para tirar sus trastos o darme la razón, tienen el apartado de comentarios.
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Espíritu
a las
8:46
martes, abril 13, 2010
Si nos callaramos
Dejaré que hablen las canciones porque eso siempre me gustó. Existe una canción para todo. A veces nos deberíamos callar. A veces yo me debería callar y dar paso al bonito silencio. Sí, lo sé, soy profesor y esto es mucho pedir, sobre todo cuando esa mi asignatura pendiente. Hágase el silencio.
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Espíritu
a las
15:56
domingo, abril 11, 2010
Transformación
A la orilla del lago profundo,
en silencio, me acerco.
La mano que allí roza la superficie
es la esencia de lo eterno,
agua fluyendo,
agua viviendo.
en silencio, me acerco.
La mano que allí roza la superficie
es la esencia de lo eterno,
agua fluyendo,
agua viviendo.
Yo mismo
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Espíritu
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21:09
sábado, abril 10, 2010
Un poco de chincheo
Serán tantas sensaciones contenidas a flor de piel, será este tiempo tan bueno que hace , será el amor que está en el aire o quizás sea el concierto de Supersubmarina de esta noche, no lo sé. Estoy en un estado de ligera inquietud, con unas ganas de chinchear muy grandes. Por eso dedico esta canción, no a las chicas que no deben ser nombradas, si no a aquellas que tienen muchos nombres. A las más guapísimas y puras, claro. Suelen ser un poco malas y traviesas, sobre todo por aquello de jugar. En realidad son malas mujeres, diría yo. Te tiran un palito y tu vas a por él a cogerlo. ¿Ladras incluso? Pudiera o pudiese ser (me encanta, ¿cuál preferías en el cole pudiera o pudiese?). Al final todos jugamos en este teatro callejero en acción.
Hablaba de una canción y me lío, me lío... Me refiero a la famosa canción Chas y aparezco a tu lado de Cristina y los subterráneos versionada por Supersubmarina. Se lo han currado con la adaptación de la letra para cambiarlo de chica a chico, cambiamos unas aes por unas oes y vicerversa. Me gusta más en su versión masculina ja ja ja... Claro, yo que voy a decir, como buen truhán, como buen señor...
Hablaba de una canción y me lío, me lío... Me refiero a la famosa canción Chas y aparezco a tu lado de Cristina y los subterráneos versionada por Supersubmarina. Se lo han currado con la adaptación de la letra para cambiarlo de chica a chico, cambiamos unas aes por unas oes y vicerversa. Me gusta más en su versión masculina ja ja ja... Claro, yo que voy a decir, como buen truhán, como buen señor...
No soy más que tu, tu fantasía,
tantas veces soñaste que se hizo realidad
Pero lo que tú, tú no sabías
es que los sueños no se pueden dominar
Cuando crees que me ves, cruzo la pared
Hago ¡chas! y aparezco a tu lado,
quieres ir tras de mí, pobrecita de ti,
no me puedes atrapar
Y yo soy capaz de entrar en tus sueños
de volar por el cielo y caminar sobre el mar
Y de pronto hacerme de carne y hueso
para que tú me puedas acariciar
Cuando crees que me ves, cruzo la pared
Hago ¡chas! y aparezco a tu lado,
quieres ir tras de mí, pobrecita de ti,
no me puedes atrapar
Si tal vez tú traes alguna invitada
si se pone pesada y no te deja en paz
una mano helada sobre la espalda,
un par de trucos y no vuelve más
Cuando crees que me ves, cruzo la pared
Hago ¡chas! y aparezco a tu lado,
quieres ir tras de mí, pobrecita de ti,
no me puedes atrapar
Cuando crees que me ves, cruzo la pared
Hago ¡chas! y aparezco a tu lado,
quieres ir tras de mí, pobrecita de ti,
no me puedes atrapar
tantas veces soñaste que se hizo realidad
Pero lo que tú, tú no sabías
es que los sueños no se pueden dominar
Cuando crees que me ves, cruzo la pared
Hago ¡chas! y aparezco a tu lado,
quieres ir tras de mí, pobrecita de ti,
no me puedes atrapar
Y yo soy capaz de entrar en tus sueños
de volar por el cielo y caminar sobre el mar
Y de pronto hacerme de carne y hueso
para que tú me puedas acariciar
Cuando crees que me ves, cruzo la pared
Hago ¡chas! y aparezco a tu lado,
quieres ir tras de mí, pobrecita de ti,
no me puedes atrapar
Si tal vez tú traes alguna invitada
si se pone pesada y no te deja en paz
una mano helada sobre la espalda,
un par de trucos y no vuelve más
Cuando crees que me ves, cruzo la pared
Hago ¡chas! y aparezco a tu lado,
quieres ir tras de mí, pobrecita de ti,
no me puedes atrapar
Cuando crees que me ves, cruzo la pared
Hago ¡chas! y aparezco a tu lado,
quieres ir tras de mí, pobrecita de ti,
no me puedes atrapar
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Espíritu
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19:20
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