Separados por un espejo, el niño se acerca a su propio reflejo y mirándose recíprocamente a los ojos se proponen, de mutuo acuerdo, nunca cambiar. Su copia algo más alta, casi el doble, le acaricia el pelo y sin devolver respuesta alguna huye silenciosa hacia una habitación próxima. Allí un deja vu a un pasado lejano le lleva a escribir justamente estas palabras.
1 comentario:
cuanto mas cambia una cosa, mas permanece la misma. Eso leí hace poco :)
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