La verdad es que es mentira

Perdonen si les molesto pero me diluyo en un vaso cual pastilla efervescente, y en tal estado de bienestar y placer, necesito ser yo y además contarlo. Pido perdón, miren ustedes para otro lado si les salpica, les resbala o simplemente ven obvia mi equivocación.
La verdad está siempre sobrevalorada. Podemos estar convencidos de decirla, sentirnos plenamente honestos y cargados de palabras sinceras y sin embargo, encontrarnos escupiendo injustas tonterías frente a los demás (Ahora también, sí). No existe diferencia entre creer o no hacerlo, son sólo ficticias percepciones, cada cual con la suya. Ustedes ya lo hacen, lo ven a su manera, se enfrentan al mundo. Todo es sencillo: A nuestro cerebro no le interesa la verdad, sólo quiere sobrevivir. Ni siquiera necesita ser féliz, sólo asimilarlo.
Palabras de bloguero, te alabamos señor.