miércoles, mayo 28, 2008

Vuelvo en bici

Tras mi examen de inglés, vuelvo cansado a casa en bicicleta desde Viapol. Un aire fresco me da en la cara mientras pedaleo. Me sienta muy bien. Paro en un semáforo y una pareja de veintipocos y neopop (sin emo, esta vez) se ríen a escondidas desde su coche mientras me miran y me señalan disimuladamente. Entonces yo me río para mis adentros -como diría mi abuela- y, mientras se dibuja en mi cara una amplía sonrisa, miro con timidez para otro lado. En cierta forma, nació en mi una cierta complicidad, preferible, sin duda, a ser el objeto inanimado de sus miradas. Quizás llevaba un mono saltando en mi cabeza o quizás el mono soy yo, o tal vez era cosa del aspecto moñaco que transmiten las sevicis de ayuntamiento. Sea como fuere, deberíamos reirnos más de uno mismo y menos de los demás, pues tan sólo somos un mundo observado que observa un pequeño mundo llamado yo.

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