viernes, agosto 18, 2006

Buscando en la red

Parece que últimamente escribo más de la cuenta, será el aburrimiento...En fin, navegando por la red a la busca de información sobre Milenio 3 de Iker Jiménez, un podcast de la SER que vengo escuchando recientemente, me crucé con una curiosa y áspera web en la cuál el hombre no salía muy bien parado. Después volveré a la reseña en cuestión. Antes que nada, debo posicionarme: Milenio 3 me parece un programa entretenido y curioso del cuál se pueden aprender algunas cosas sobre mitos y leyendas urbanas de nuestra y de otras culturas pero, la verdad, no creo que nadie se lo tome todo al pie de la letra. Es entretenimiento poco profundo sobre ciencias ocultas, antes había más programas de este estilo y desde mi punto de vista estaban curiosos. Pero no tiemblen señores que no es ciencia todo lo que reluce -y a mucha honra-, y esto debería saberlo todo el mundo. Simplemente, uno se engancha al citado programa, guiado por la fantasía, la curiosidad y las ganas de estimular la imaginación, tan oxidada en estos tiempos modernos que nos tocan vivir (¡mis tiempos también los eran! decía con buen criterio mi querido abuelo paterno). Cuando cuentan algún suceso paranormal o hablan de alguna cultura antigüa, mi mente vuela y me transporta a esos juegos infatiles de Indiana Jones, sables laser o vaqueros y tantas otras historias. No me deja de sorprender cuando alguién, llevado por su mentalidad más terrenal y prágmatica, se pregunta: ¿Será verdad eso sobre la ouija? A mi, en realidad, no me importa lo más mínimo. ¿Acaso pierde interés un caso de posesión si realmente no es el demonio quién hace de las suyas si no la sugestión de la propia persona? O digo más, ¿lo perdería si fuera todo una extraña enfermedad o un montaje de un individuo? ¡Qué divino teatro! Siguen siendo casuística digna de estudio. Para mi el interés reside en los fenómenos sociológicos y psicológicos que circundan al caso en cuestión. Otro ejemplo: todos sabemos que la mitología griega, romana o los propios mitos y manías de nuestra cultura no son ciertas a pie juntillas -no pasa nada si se derrama la sal, en serio- pero, en parte, dan buena cuenta de cómo eran o cómo somos, ya sea por via figurada y metafórica o bien de forma más inconsciente y compleja. ¿Nadie se ha preguntado por qué en Sevilla durante cierta conocida semana salen unas gigantescas cajas con figuras en lo alto representando escenas un tanto sádicas y sangrientas? A algún giri que otro, por extraño que resulte, le choca y mucho. Todo eso está relacionado con el judeocristianismo (y paganismo dicen por ahí) que impregna la cultura ibérica. A mi todo eso me fascina, me interesan la Semana Santa (año tras año ya cansa pero en pequeñas dosis vale), la feria, las velás -la de mi barrio no, por favor-, las celebraciones de pueblo... En mi opinión nos adentran a una faceta muy profunda de nuestras raíces y nuestra forma de ver la vida. Por ello me atrae como un imán todo lo oculto, las costumbres, los charlatanes, los personajes e indigentes -en Sevilla hay creeme-, etc... (se trate de teatro o no, ¡qué arte!) Eso sí, si me pongo muy malo, de curanderos farsantes nada. Allá cada uno con su cuerpo serrano, pero con conocimiento de causa pues ya estamos bajo aviso.


Tras soltar lastre, que tenía y mucho, volvamos a la web inicial a la que me refería. Se trata de maciaspajas -cachondo el tipo, una pena hacerle publicidad- donde se hace caza bastante cruel a toda persona que él estime como raro (según su inteligentísimo criterio de webmaster de una web guay). El tono de la web es siempre dando caña a diestro y siniestro, rebosa puro enfado y repulsa hacia todo bicho viviente -perdón por ser imperfectos y existir-. Lo más curioso es que a los blogers los pone a parir pues, palabras textuales:

Los blogs suelen estar escritos por varios tipos de personas:

  1. La niña cursi y ñoña de casi 30 años, que nos cuenta sus neuras de pija subnormal que vive con sus padres.

  2. El infeliz que no tiene amigos, pero que se cree que nos puede engañar haciéndonos creer que tiene una vida.

  3. El que se cree que sus opiniones cuentan. Suele pertenecer a una de las siguientes variedades:

    1. Es un facha asqueroso, que piensa que sus pedos huelen mejor que los de los demas por ser de otra raza.

    2. El pseudointelectual tocapelotas, que se cree que su cerebro carbura mejor y por eso nos cuenta como tenemos que pensar los demás.

Lo jodido es que tiene su parte de verdad: casi todas las personas que quieren ser escuchadas entran en una de esas categorías. Yo creo que soy una mezcla del 3.1 y del 3.2 porque mis pedos huelen bien y voy un poco de pseudointelectual tocapelotas, lo cual, dicho sea de paso, me divierte e ilusiona. Aunque me surge una duda en el punto 1: ¿se puede ser pijo cursi de 30 años, vivir con los padres y tener un blog o es sólo cosa de mujeres? A mi me encantaría pero como soy un tío no puedo.


Bromas aparte, me imagino que la página esta hecha en plan broma y como tal, tiene algún punto curioso pero se puede hacer mucho daño a la peña. Nadie es más que nadie, ni debería humillar o cargar contra otros, todos somos personas y somos libres...si nos dejan. ¡Libre albedrío!

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