viernes, agosto 04, 2006

Tres sueños

Viajo solo y eso es mucho más de lo esperado. Estoy sintiendo algo irreconocible. Las últimas tres noches tuve sueños bastante reales y largos (¡cómo me gustan!), aunque confusos y caóticos (como gran parte de los sueños) . Se componían de recuerdos de familia en escenarios vacacionales. Sólo tengo imágenes sueltas de ellos y en eso me quedaré, no me gustaría falsear la realidad. Los tres a pesar de su intensidad me dejaron buen sabor de boca.

En el primero de ellos aparece mi abuelo M en silla de ruedas dando la espalda a un paseo playero, mi madre y mi hermano están junto a mi. Los cuatro estamos en una zona con piedras y mi abuelo no para de quejarse. Hace mal tiempo. Mi madre o mi hermano, no lo sé, empuja la silla con mucha dificultad. Está bloqueda en el suelo y es prácticamente imposible desplazarla o girarla. Yo observo la escena, miro a mi abuelo y veo como está totalmente rígido.

En el segundo de los sueños -correspondiente a la segunda noche- estamos veraneando en una casa parecida a la de mi tía T, con un par de plantas más ático y algún que otro perro o gato rondando por ahí. Todo aquello tiene sabor a los veraneos de la infancia con toda mi familia materna en aquellos casitas de La barrosa o similares. Sin embargo la casa no tiene los huespedes esperados. Allí estoy yo con mi tito J e hijos (mis dos primos) y gran parte de la familia de mi tía política M (los odiaba). Yo duermo en el ático, recluido allí para evitarlos y mi primo JA me acompaña. Converso con él y a pesar de ser casi un niño veo ya su cuerpo deteriorado por la bebida y la droga extrema. ¡Parece una canina andante con barba y pelo largo! Hablamos y allí, en nuestro refugio, todo parece estar bien.

El tercero de los sueños -noche pasada- parece un homenaje a los viajes y más concretamente al viaje de fin de curso de este año. No consigo reconocer a las personas pero la mayoría, sino todos, son alumnos a mi cargo. Estamos en un país con mucha vegetaciónm, muy exótica y varios montamos en un dragón de la suerte (La historia interminable). Me sentí volar y desde ahí bajaba muy cerca de las montañas para contemplar arbustos y arboleda de lo más variopinta. Me llamaron la atención unos arbustos con forma de seta. Tras un salto temporal, puedo ver a todo el grupo en una gran casa de madera oscura listos para comer.

Hacía tiempo que no soñaba con esta frecuencia e intensidad y además siendo inducido por alguna lectura. Ya me ocurrió en tiempos pasados, con obras como La del alba sería (Dragó) o con la autobiografía de Jüng. Normal, en ambos hablan en algún pasaje de experiencias sensoriales, sueños lúcidos, etc...En esta ocasión se lo atribuimos a Muertes paralelas de Dragó cuya lectura comencé la tarde anterior al primer sueño. Me gusta como escribe este muchacho. Sus palabras crean una atmósfera etérea y junguiana. Yo lo considero de lo mejorcito en literatura castellana. Siempre polémico, está hecho un canalla, un truhán, un provocador. Me identifico con él (al menos dos sincronías).

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