Con M de vacaciones en Londres, lo esperado y más normal, sería echarla de menos y toda la parafernalia, pero, siendo sincero e incorrecto, no es del todo así. Todavía no la echo de menos, sobre todo porque sé que volverá y lo hará pronto. Si pasará más tiempo lejos, las tuercas de mi mente se irían apretando hasta sentir, a bien seguro, su falta y muy mucho. Como no es éste el caso, estoy en casa a mis anchas. No creo escandalizar a nadie, todos sabemos que viene bien de vez en cuando un cambio de aires, y esto lo digo tanto por mi como por ella. Siempre he pensado que dos medias naranjas no suman una naranja entera porque cada una de las medias naranjas vienen a representar una persona y éstas ya son completas por si solas (o deberían), por lo que sumaría dos naranjas enteras, que además es mucho mejor. Te lo digo yo que la suma me la sé y si no me la invento. ¡Viva el libertinaje y el libre albedrío! (joder, cada vez me parezco más al libertino Sánchez Dragó, ¿terminaré pepero perdido?).
Ah, se me olvidaba en la película The Big One, ya citada en el anterior post, Michael Moore confirma una de mis más ambiciosas teorías, es decir, la ropa blanca y la de color se pueden mezclar sin problemas en el lavado siempre y cuando uses el detergente adecuado. ¡Toma ya! Freaking all over the world como decían los Status Quo.
1 comentario:
Lo raro sería que no disfrutáramos de los momentos a solas con nosotr@s mism@s, no tiene nada de malo, como has dicho somos naranjas enteras (o langostas como dice Phoebe) :)
Además, los regresos siempre son la mejor parte ;)
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