Título: El exorcista
Autor: William Peter Blatty
Son muchos los genios literarios y muchas son las obras maestras de catálogo sobre las que mucho se ha escrito. Todas ellas pueden servirte para elevar tu nivel de erudición un par de puntos. Ideal para charlas de salón, bodas y bautizos. Figurarían en un hipotético manual del buen lector culto: El lobo estepario de Hermann Hesse, El extranjero de Albert Camus, La metamorfosis de Kafka, Cien años de soledad de García Márquez, 1984 de George Orwell, Crimen y Castigo de Fiódor Dostoievski, Los miserables de Victor Hugo, etc... En fin ya saben, esos grandes clásicos que muchos hemos leído y que, por activa y por pasiva, siempre nos recomiendan leer. El volumen del que hoy hablaremos no suele estar en esa lista porque, hasta para eso, se trata de un libro maldito y entramos en este punto, en el terreno literario que más me gusta: La tierra de los libros olvidados.
Maldito o no, El exorcista es uno de los mejores libros que he leído jamás y quizás no esté siendo objetivo pues, en mi caso, todo lo relacionado con el terror me encanta. No obstante, tanto en literatura como en cine existe mucha bazofia dentro del terror pero no sólo por su pertenencia al género los salvaría yo de la quema, ni muchísimo menos. Reitero, no es este el caso.
¿Por qué considero que es bueno? Sobre todo porque me ha encantado y ahora, a posteriori, iremos sacando de la manga la justificación pertinente. La historia está inspirada en casos de posesión reales (que sean reales no significa que los sujetos estén necesariamente poseídos si no que experimentan una sintomatología determinada y común a todos los casos no del todo explicable desde el punto de vista de la medicina convencional) y te detalla muy bien cuestiones circundantes a este tipo de fenómenos. En la forma de contar poco a poco los acontecimientos, van apareciendo elementos en la investigación que elevan el nivel de intriga y la inquietud latente progresivamente. La sensación de miedo aunque está presente a lo largo de la historia (tampoco es para tanto) no es el elemento central o el más interesante. Es mucho más interesante, desde mi punto de vista, el proceso de investigación del caso por parte de médicos y también por parte del padre Karras. La lucha interna entre el bien y el mal puede entenderse como motor de cada ser humano o incluso de la vida y esto genera algunas reflexiones interesantes (más bien nuevas preguntas) presentes en la novela. Dejo caer la piedra, siempre nos hablaron de las enfermedades psicosomáticas pero, ¿es posible lo contrario? ¿Puede un proceso psicológico estar generado por algo puramente físico o genético que ignoramos, que permanece oculto? ¿Estamos separando en realidad dos caras inseparables de la misma moneda? Bienvenidos a El exorcista.
Ellos le dijeron: Pues tú, ¿qué señales haces para que veamos y creamos? Él respondió: Yo os digo que vosotros me habéis visto y no me creéis.
Juan VI, 30-36
Para quién: Es un buen libro se mire por donde se mire pero para los amantes del género de terror se trata de una obra imprescindible. No recomendable para aquellas personas fácilmente sugestionables, puede producir úlcera gastrodiodenarl y pesadillas (es broma no es para tanto). Yo tuve un par de sueños muy interesantes (...la puerca de tu hija...)
Lo peor del libro: Que por desconocimiento esté tan infravalorado. Si has visto la película ya sabes de que va la historia y puede perder puntos.
Lo mejor del libro: No le sobra ni una página, es un libro que no tiene paja (cuidado que te veo venir Sr. P). Es trepidante y engancha desde principio a fin (lo leí en tres días). Me parecen muy interesantes y profundas las reflexiones médicas, psicológicas y religiosas del caso que trata.
Nota global: 9
Esta ficha es la crítica de un humilde lector cuya única formación literaria es leer mucho. Para tirar sus trastos o darme la razón, tienen el apartado de comentarios.
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