martes, noviembre 01, 2011

Ladridos

Imagen BB - Mientras tanto en un lejano país, brillan las luces de color...

Entre las luces de color encuentro textos que se llevó el viento...

Se escucha un lamento animal. En queja profunda ladra el perro sin parar. Está allá afuera pero es un tanto irritante. Por mi se puede morir en sus propias ruinas. Os juro que ladraré yo si no se calla. No me gusta mi rabia y al ser consciente procuro alejarme del drama. Se aproxima una nueva sorpresa: Es el perro, de repente ha dejado de ladrar. Quizás por eso el tiempo se detiene lentamente, lejos de caminos de espinas y rosas. En la noche todo se ha vuelto quietud. Soy yo de nuevo, nada más. Inmóvil en la oscuridad contemplo el vacío. Me convierto en pensamientos cíclicos incompletos que se superponen. La comida se terminó sin banquete y sin hambre. Bajamos del burro para subirnos a un elefante anclado al suelo. Renuncio a pensar y viene el descanso. Despierto como nuevo. Por fin vienen las preguntas. ¿Es esto una jaula de puertas abiertas? ¿Es éste un camino embarrado? ¿Alguien tenía el mapa que perdimos? Echo agua fresca sobre mi cara y me emborracho de transparencia. Lo veo todo claro. Lo mismo un día de éstos me hago invisible sólo por gusto de desaparecer. Me visto y salgo fuera. En la calle, no hay perro, ni mapa, ni jaula, ni barro,... Sólo hay frío y un abrigo casero para el verano que se acerca. Ya saben lo que dicen, ¿no? ¡Hace más frío que en verano! Cuánta verdad, cuánta verdad...

Escrito en algún momento de Mayo-Junio de 2011

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