miércoles, febrero 25, 2009

La sala de máquinas

Tendremos acceso al lugar donde todo ocurre, bien cerca de la celda donde yacen juntos, un cuerpo y la criatura que en él habita. Revolotean y luchan en tan limitado espacio y vuelven al letargo en un accidental abrazo. Así fue siempre. Despiertan, primero, sus manos y atraviesan gráciles el vacío. Éstas se disuelven en la nada y después todo él. La criatura queda atrás, enjaulada, dormida y él se abre paso al interior, bien lejos de la celda. Comienza un nuevo día y es consciente de ello.

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