
Enlaces relacionados:
cuando se elimina lo imposible, aquello que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad - doyle

Título: Desapareció una noche

¿De película? Pues la suegra es, en muchos casos, una horrible realidad para muchos españoles. En mi caso no me puedo quejar porque oficialmente no tengo. Como ven la tipa de la foto es de lo peor, de armas tomar. Imagínenla de suegra. Mejor hacerse célibes, castos y puros. En este sentido la ciencia nos da la tranquilidad, pues según recientes investigaciones la castidad y el celibato no son hereditarios. ¡Qué alivio macho!
En Semana Santa es frecuente, para algunos, ver películas relacionadas con la temática religiosa o mística. Yo por ejemplo, el Viernes Santo vería Viernes 13, el Sábado Santo Fiebre del Sábado Noche y el Domingo de Resurrección podría ser apropiada La Noche de los Muertos Vivientes. En esa línea, ayer Miércoles Santo, vimos Camino, una escalofriante pero buena película de Javier Fesser. Su género real sería el drama basado en hechos reales, sin embargo para mi se trata directamente de una película de terror por su contenido demoledor. No la recomiendo si son muy sensibles con los temas religiosos, son muy muy capillitas o más papistas que el Papa. No quiero que se ofendan más de lo que ya podrían ofenderse con este post. Si no es ese el caso o tienen sana curiosidad, véanla porque da que pensar. Además lo mismo se produce una apertura mental y buscamos a dios dentro de uno mismo (¿dónde si no?) y no en figuras o representaciones externas un tanto simbolizadas e idolatradas. Sí, porque luego se dan en las calles discusiones sobre qué cofradía o qué Virgen es mejor. ¡Qué becerros!¡Si sólo había una!
Mr. Meebles es un hombre muy bueno y sabio que sabe todo acerca de todas las cosas. Hace todo tipo de magias y está dispuesto a acompañarte en mil aventuras. Sólo tiene un pequeño problema. ¿Qué problema? Que no existe.
Título: Arquetipos e inconsciente colectivo
La rana realizaba bien su trabajo. Era muy útil a todos los animales pues además de ayudarles a cruzar el conocido río, les trasmitía su luz y su calma. Una luminosidad que en cierta forma le cegaba y quizás por ello la rana se sentía vacía. En sus ratos libres se asomaba pacientemente cada día a la orilla sin recibir el reflejo del agua, sin sentirse completo. No veía bien su reflejo en las inquietantes aunque conocidas aguas y, ni mucho menos, se atrevía a sumergirse en ellas. Un día llegó el temido escorpión tan diferente a él, tan misterioso y oscuro. Lo convenció, lo sedujo, le dijo que también se sentía vacío y marcharon juntos a cruzar el río. Estaban ilusionados y excitados. Entonces ambos comenzaron a sentirse en armonía, el escorpión con ayuda de la rana y la rana con ayuda del escorpión. Miraron juntos al río y tampoco vieron su reflejo pero lo comprendieron. Ellos eran ese el reflejo y debían hundirse como unidad dual hacia la eternidad del fondo del río. Al fin estaban preparados, el escorpión mató y la rana se dejó matar. Atravesaban el espejo de la realidad para comprender que el caos/la paz, lo femenino/lo masculino, la oscuridad/la luz, el instinto/el control, o también, la rana y el escorpión son en realidad indisolubles como un auténtico yin (oscuro, escorpión) y yang (claro, rana) que son. El viaje hacia la profundidad del río interior había comenzado. Principio, no fin o ni principio ni fin, según prefieran.