Título: El maravilloso mago de OzAutor: Frank L. BaumEl mago de Oz es un cuento, uno de los grandes, apto para grandes y pequeños. Como
Alicia,
la pequeña Dorothy es expulsada a un país imaginario (o tal vez imaginado) de maravillas. En su búsqueda debe regresar a casa, allá en
Kansas. Recorremos junto a ella y a su perrito
Totó, nuestro camino de baldosas amarillas hacia la Ciudad Esmeralda donde mora el mago de Oz que todo lo puede. Miles de amigos y enemigos aparecerán en su periplo. Los acontecimientos se suceden rápidamente sin dejar tiempo al aburrimiento o a la
paja como suele decirse en referencia a los tostones literarios. No hay nada de eso, pues aquí todo es dinamismo.
Lo importante es la transición, el camino. Nosotros somos el camino o se hace camino al andar que decía
Machado. En esta historia, cada personaje, cada compañero de viaje, cada eventual encuentro o incluso cada objeto es un estereotipo lleno de carga simbólica. ¿Qué puedo añadir? Si miramos bien, a nuestro lado caminará la inteligencia, el valor, el corazón, la amistad y la voluntad. Se hacen corpóreos aunque no los percibamos así. Las estrellas están ahí para ser contempladas pero a veces buscamos fuera lo que ya llevamos con nosotros. La estrella eres tú y la búsqueda de tu tesoro más preciado termina siendo, en si misma, el propio tesoro. Así es y así será inevitablemente.
El viaje página a página es descriptivo, contemplativo, rozando las fibras más internas de nuestro ser y desde dentro te va calando sin tregua. No se necesita esfuerzo pues lo más universal es común a todos los seres humanos. Hasta un niño (o quizás tal vez mejor que nadie un niño) entiende ciertas cuestiones del corazón que, a la confusa y maltratada razón tan propia de estos tiempos
fast food, se le escapa.
Me fascinó el misterioso personaje del mago, señor del mundo fantástico de
Oz. Es un ser más poderoso que cualquier criatura cuya magia bebe de su esencia más profunda como ser. La magia auténtica y poderosa sale de nuestros corazones porque así lo queremos, ¿o debería decir creemos? Sí, tal vez el verdadero impulsor de la magia reside en creer en ella. Quizás la vida sea más bella si algo de vida le aportamos. La ilusión es un poco ilusionismo, el ilusionismo es un ilusión pero, ¿y qué no lo es?
Como podéis ver, éste me gustó mucho.
Para quién: Para cualquiera. Es un cuento universal muy inspirador que todos deberían leer. Muy en la línea de
El principito,
Alicia,...
Lo peor del libro: No consigo encontrarle puntos débiles aunque supongo que alguien podría decir de él que es muy infantil (¡Bieeeeen!) o que la historia es muy sencilla.
Lo mejor del libro: Es muy directo y claro. Los acontecimientos se suceden rápidamente lo que hace su lectura muy fácil. Conecta rápidamente con el lector de todas las edades. Me gustaría hacerme con una edición en papel con las ilustraciones originales de la época.
Nota global: 8,5
Esta ficha es la crítica de un humilde lector cuya única formación literaria es leer mucho. Para tirar sus trastos o darme la razón, tienen el apartado de comentarios.
