lunes, marzo 23, 2009

Las andanzas del espíritu

Siempre será la noche un refugio inesperado porque es entonces cuando el espíritu susurra con su lenguaje silencioso. Es aquí donde estás. No queda ni un pequeño rastro del cálido espejismo. Nada tienes. El inconsciente abandona el palacio. Un día, muy lejos en el tiempo, sacaron brutalmente tus entrañas y sólo dejaron el hueco. ¿Dónde están ahora? Ellas esperan tu salida, a los pies del portón donde siempre estuvieron, anhelando tu regreso, grises y mustias. Esperan, en realidad, su turno en la picadora pues no hay riqueza en ninguna búsqueda. Desaparecer inmóvil es mucho mejor. Te llenas. No flotaba sobre ti, iba contigo. Ni volador, ni glamuroso, no señor, es caminante, fuerte y guerrero. No perro si no lobo. Un lobo de grandes fauces que escala a bocados la pared. Cuidado, acaba de salir de la jaula y no ha tomado su medicación. Qué miedo, qué ilusión, qué dramático. Se abre el telón, aplausos. Bienvenido al circo. Unas gotas de inquietud orgánica nos traerán sus historias con sabor a cuento. La ilusión sonríe desde muy dentro. Yo, presente.

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