El final es algo más relajado ya que todo se arregla solo. Miro el taxímetro y para sorpresa mía no es un precio tan abultado como pudiera parecer. Quizás el taxímetro estaba roto o quizás son asuntos del reino de los sueños donde todo es posible. Además, ¡en mi sueño ocurre lo que me da la gana!
Esta pesadilla no es original, ni mucho menos, mis sueños beben de muchas fuentes (son curtos). Resulta que Gomaespuma ya lo hicieron:
Desconozco el significado de mi sueño (¿Lo importante es el camino y no el destino?) y tampoco sé si mi subconsciente se inspiró en ese temor popular a ser timado por un taxista o en el gap de Gomaespuma. Yo me decanto por la primera opción. De hecho es muy probable que la conocida pareja de humoristas se basara, a su vez en los aconteceres cotidianos.
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