Este no es el sitio que creías. Hablo de mi y ni te importa. Quizás dirás lo mismo de mi. Vete por donde viniste y vuelve si me echas en falta. Allí estoy con otros y cuando me crees indefenso entonces te veo como realmente eres. Podría ser por mi o podrías ser tu.
Este no es el sitio que creías, te pasará muy a menudo. Deberías esconderte, volver por donde viniste. Estás en tu derecho. Además, piensa en el peligro a acercarte. Pues la empatía es un buen subterfugio. Me exhibo públicamente, a pecho descubierto, un blanco fácil. Entonces veo la bestia y soy yo quién decide alejarse.
Me sigues, acudes a mi, me ofreces un pacto. ¿Cuánto pagarás? Suficiente. Te doy la mano, decido reflejarme en tu espejo y me vendo.
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