lunes, abril 28, 2008

Notas sobre sueños

Continúa la racha de sueños largos y muy realistas. Ayer noche fueron dos, aunque los recuerdo totalmente. Dejo constancia aquí, para tener registro por escrito de ellos. Esto es un blog, ¿no?

Del primero sólo recuerdo que estaba muy oscuro y con el cielo todo cubierto de turbulentas nubes negras (¿Influencias de capítulo 4x09 de Lost que acababa de ver? Podría ser). Yo estaba en una montaña frente a un templo gigantesco y un chino con kimono me abría las puertas para dejarme pasar. A partir de ahí participaba en una especie de juego a vida o muerte. Recuerdo que una de las pruebas era vencer a un lagarto descomunal (¿Influencias de Humor Amarilllo que hace sienes de años que no lo veo? Cualquiera sabe) . Tras este sueño me despierto a las 4:40 de la madrugada, voy a beber agua y tengo aquí la sensación de recordar el sueño perfectamente (la próxima lo apunto en ese momento). Vuelvo a la cama sabiendo que me quedan menos de dos horas de sueño, deseando continuar el sueño. No es así pero había otro en la recámara.

Del segundo recuerdo bastante más pero intentaré resumir. Iba yo sólo por los mundos de dios en una bicicleta (¿Influencias del Sevici? Podría ser) de las malotas tipo cani (Sí, sí de las amarillitas tipo motoreta) por la carretera en dirección a un pueblo concreto cuyo nombre desconozco. En mi camino voy viendo bonitos paisajes y en un momento determinado la carretera se bifurca en tres caminos. Cojo, sin saberlo, el que lleva a la zona chunga. Allí, en una especie de cancha de basket du barrio con más mierda que once jamones, dejo la bici y se acerca a mi una anciana mendiga. No sé que quiere pero le pregunto si he llegado a mi destino. Me responde que no. Le dejo a cuidar mi mochila, mi bici y mis cosas mientras yo accedo a una fiesta clandestina en un sótano de un edificio colindante. Recuerdo la fiesta, los rostros de alguno de los asistentes (no conocidos) y algún otro detalle. Al salir vestía otra ropa de mi propiedad y la mendiga me acusaba de algo frente a un policía que quería llevarme a comisaría.

Todos los problemas se solucionaron despertando, aunque no con alegría pues había que currar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Oye es fantástico, tienes razón, tu dios es fantásticamente creativo con los sueños. Me encanta.

Me recuerdan un poco a los míos, eso de luchar contra bichos raros se me da estupendamente cuando estoy dormida. El último era una especie de calamar metafísico que atacaba a la humanidad comiéndose pedazo de la "mente colectiva". En mi facultad había un grupo de luchadores entrenados que nos enfrentábamos contra el bicho en defensa de la humanidad, pero como cuando atacaba a mi me daba por fliparme y dar patadas voladoras, me quitaban la licencia, a pesar de ser de las luchadoras más reconocidas.

Estos dioses... qué cosas tienen.